Una noche, mientras intento estudiar, empiezo a escuchar un ascendente chapoteo en la calle. -No puede ser, no hay una nube en el cielo.- Cuando ya suena como si cayese granizo del tamaño de pelotas te tenis me decido a salir al balcón. El show es increíble: casi todos los balcones llenos de gente golpeando cacerolas, sartenes o barandas, con algún que otro bocineo que coronaba la sinfonía callejera. Era el clímax de la protesta por la prohibición para comprar dólares y la gente estaba exasperada, algunos pedían por la dimisión del gobierno. Al poco tiempo sale mi vecina de al lado a su balcón con una cuchara y un jarrito. -¡Dale, golpeá!- dice con una sonrisa casi irresistible. Le sonrío de vuelta pero no golpeo. No. No porque no crea que el reclamo es justo, ya que en parte se cambiaron las reglas del juego y la situación inflacionaria hace que ahorrar en pesos sea perder plata (esos pesos se devalúan día a día). Pero este reclamo representa todo el egoísmo que tenemos: me quejo porque MI bolsillo pierde. Ojo, considero que está bien que uno se queje si su economía está siendo atacada, pero... ¿Cuál es la razón que hizo que ignoráramos otras situaciones donde la sociedad en conjunto era la perjudicada? ¿Por qué con desdén no consideremos que otros actos de corrupción de parte de nuestros gobiernos (Skanska, la bolsa, la valija, YPF, Croacia y Ecuador, Siemens, etc.) sean dignos de una protesta? ¿Puede ser que seamos tan cortos de vista que no veamos que cuando el conjunto de sociedad se perjudica, yo me perjudico indirectamente, porque soy parte de esta sociedad? ¿Puede ser que pensamos a la sociedad como algo etéreo de lo que no somos un componente básico?
El egoísmo nos consume, nos aleja del crecimiento como conjunto. Por momentos parece que todos tiran para un lado distinto, anulando cualquier tipo de avance concreto. Es fácil protestar por el bolsillo propio ¿pero por lo que es de todos? Ese desinterés hace que no nos importe cuando alguien rompe un tacho de basura en la calle o un banco en una plaza. Eso lo sentimos de nadie, cuando en realidad es de todos: es tan nuestro como nuestra cama, como nuestra casa o nuestra ropa. El cupo de la Universidad pública y gratuita, lo pagamos entre todos. La vereda del edificio de al lado es tan mía como la de mi casa.
Como sociedad vivimos boicoteandonos, siempre nos consideramos agentes extraños a ella, que los efectos de que como conjunto no progresemos son mínimos sobre nosotros, y que la responsabilidad de mejorar cae solo en otros, unos otros que parece que vinieron de algún otro lugar en plato volador : la clase dirigente, los políticos. Esos políticos que culpamos por todo lo malo que nos pasa. Pero claro ¿Qué podemos hacer, si hubo alguien que los eligió por nosotros? La divina providencia así lo dispuso... eh, ¿Como? ¿Nadie nos impuso ninguno de los gobiernos desde el 83 en adelante? ¿Pero entonces porque estamos así, si no hay nada de malo en nosotros? Quizás cuando alguien dijo que cada pueblo tiene el gobierno que se merece no estaba tan equivocado...
El egoísmo nos consume, nos aleja del crecimiento como conjunto. Por momentos parece que todos tiran para un lado distinto, anulando cualquier tipo de avance concreto. Es fácil protestar por el bolsillo propio ¿pero por lo que es de todos? Ese desinterés hace que no nos importe cuando alguien rompe un tacho de basura en la calle o un banco en una plaza. Eso lo sentimos de nadie, cuando en realidad es de todos: es tan nuestro como nuestra cama, como nuestra casa o nuestra ropa. El cupo de la Universidad pública y gratuita, lo pagamos entre todos. La vereda del edificio de al lado es tan mía como la de mi casa.
Como sociedad vivimos boicoteandonos, siempre nos consideramos agentes extraños a ella, que los efectos de que como conjunto no progresemos son mínimos sobre nosotros, y que la responsabilidad de mejorar cae solo en otros, unos otros que parece que vinieron de algún otro lugar en plato volador : la clase dirigente, los políticos. Esos políticos que culpamos por todo lo malo que nos pasa. Pero claro ¿Qué podemos hacer, si hubo alguien que los eligió por nosotros? La divina providencia así lo dispuso... eh, ¿Como? ¿Nadie nos impuso ninguno de los gobiernos desde el 83 en adelante? ¿Pero entonces porque estamos así, si no hay nada de malo en nosotros? Quizás cuando alguien dijo que cada pueblo tiene el gobierno que se merece no estaba tan equivocado...
Nico... justo llegue a mi casa y chusmee un toque tu blog, y te agregue a facebook. Un abrazo che, fue un gusto el viaje con vos y la chica que todavia no sabemos como se llama...jaja
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